Las mascarillas tienen que estar bien colocadas, ser homologadas, estar íntegras y ser adecuadas
al tamaño de la cara del niño. En los niños sanos que no presenten síntomas, las mascarillas
higiénicas son suficientes. Deben lavarse o cambiarse periódicamente según indicaciones del
fabricante. También cuando estén mojadas
Los niños tienen que ser instruidos para aprender a usarlas sin tocarse la cara. Hay que seguir
manteniendo las medidas de higiene y de seguridad básicas: etiqueta al toser y estornudar,
higiene de manos y distancia de seguridad.
Hay que educarles y responsabilizarlos en la función de aislamiento en la epidemia y en buen
uso y reciclaje de las mascarillas.
Es importante hacer partícipes a niños y adolescentes y transmitirles que ellos también están
contribuyendo a frenar esta pandemia.
Si hay reticencia o miedo a usar las mascarillas, la AAP realiza varias recomendaciones. Puede
proponerse: mirarse al espejo con la mascarilla y hablar sobre ella, poner una mascarilla a un
peluche o enseñarle a otros niños con mascarillas puestas.
Hay varias páginas web que ayudan a los padres a explicarles a sus hijos el buen uso y utilidad
de las mismas.
En la práctica, es complicado que la usen adecuadamente los menores de 5 años. Pero hay que
intentar implantar la cultura de la protección y que vayan aprendiendo a usarla sin forzar, ni
castigar